“As bestas”, “Suro” y “La consagración de la primavera”. Reivindicando el buen cine español del 2022 y 2023.

Resulta curioso que en estos años donde la recaudación del cine patrio ha caído a mínimos históricos, hayan sido sin embargo tres películas españolas de lo mejor que hemos visto en el último festival de San Sebastián al que hemos asistido, el de 2022. Tres películas además muy diferentes y que se atreven a tocar temas controvertidos y poco habituales en nuestro cine.

 “As bestas” es la única de las tres que ha triunfado en taquilla (no solo en nuestro país sino también en Francia), además de ser la gran ganadora de los penúltimos premios Goya. Es otra muestra del buen hacer del director Sorogoyen y su coguionista habitual Isabel Peña,  especialistas en crear grandes personajes y soberbios diálogos, que abundan, y mucho, en esta película.

Inspirándose en el suceso real del asesinato de un ciudadano extranjero que se había ido a vivir a un pequeño pueblo rural gallego, “As bestas” propone una formidable lucha de egos entre dos personajes que defienden sus particulares ideales en una constante progresión de tensión psicológica.

El guion juega también con la paradoja de que mientras el personaje francés ha dejado las tribulaciones de la ciudad para retirarse “tranquilamente”con su mujer en el campo, la familia gallega que lleva en ese pueblo toda la vida quiere vender sus terrenos para cumplir su sueño de vivir por fin en la ciudad. El hecho de que sea una empresa de molinos de viento la que quiera arrasar el pueblo para implantar allí sus molinos nos hace también reflexionar sobre las contradicciones del moderno ecologismo y sus repercusiones no siempre positivas tanto en la naturaleza como en los que todavía quieren vivir en contacto con ella.

Lástima del desenlace del film, para mi gusto excesivamente largo y pausado, en lo que supone un arriesgado anticlimax, y que me ha dejado un regusto amargo en lo que estaba siendo hasta ese momento una película perfecta.

Ello no quita para que estemos ante una obra sobresaliente en la que destacan una excelente interpretación de todos los actores protagonistas, haciendo que incluso comprendamos (aunque no justifiquemos) a los personajes más desagradables y sus motivaciones.

 

“Suro” (“Corcho” en catalán) es una estimable ópera prima del director y guionista Mikel Gurrea rodada íntegramente en catalán.

El film, que comienza con cierto tono de comedia, narra la historia de una joven pareja de arquitectos que se van a vivir al al campo y las vicisitudes que surgen entre ambos por su adaptación a un entorno del que desconocen casi todo. La contratación de una cuadrilla de trabajadores para descorchar los arboles de su finca y la relación de la protagonista con un joven inmigrante marroquí ahondará en los problemas de pareja y acercará más la trama al drama social.

Como en “As bestas” tenemos de nuevo un enfrentamiento campo-ciudad aunque en este caso llevado al ámbito laboral y sentimental, tocando temas parejos como el conflicto de clases, el problema de la inmigración y los trabajos precarios.

Cierto que al final el conflicto racista acaba cayendo en lugares comunes y no se profundiza lo suficiente en el triangulo amoroso para que éste llegue a emocionar al espectador. Sin embargo en el tramo final y después de una lograda elipsis, el director se resarce en una arriesgada escena con una Vicky Luengo desatada (con excelente réplica de Pol Lopez) donde sin decir una palabra queda constatado como de dañada está la relación en la pareja protagonista.

El resultado final es una película más que notable, rodada con inusual madurez para un director nobel al que se le augura excelentes futuros trabajos.

“La consagración de la primavera” dirigida por Fernando Franco y escrita por el propio director junto a Bego Arosteguí sería el equivalente en el cine a una novela de iniciación o aprendizaje al estilo de la celebérrima “El guardian entre el centeno” de J.D. Salinger, pero en este caso narrando la vida de una chica que acaba de llegar a Madrid para estudiar en la Universidad.

Todavía muy ingenua e insegura, en una noche de fiesta la protagonista acaba por casualidad en el piso de una persona discapacitada que vive con su madre, entablando con ellos una curiosa relación que le llevará a convertirse en una especie de acompañante sexual de pago. Discurriendo la trama entre la comedia y el drama, la película es ante todo una ventana a la difícil vida que llevan estas personas discapacitadas y ciertos problemas de los que nunca se habla como es su dificultad para llevar una vida sexual plena. Un valiente y original film, de excelente factura técnica y artística, con soberbia actuación de  su trío protagonista y que sabe hurgar también en ciertos dilemas morales complejos. Una obra a reivindicar que sin duda merecía mayor suerte de la que tuvo en taquilla

Antonio Amaro.

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