LO QUE ESCONDE SILVER LAKE. El delicado equilibrio entre el delirio autocomplaciente y una narración virtuosa.
“Lo que esconde Silver Lake” sin duda exacerbará a los que exigen películas con una narración lógica racionalista que siga implacablemente las ley del causa-efecto, y producirá sentimientos contrarios a los que disfrutamos (sin menospreciar las formas clásicas de contar una historia) con el surrealismo, el simbolismo, el humor absurdo y aquellos autores como David Lynch, Peter Greenaway, Léos Carax, Buñuel y tantos otros que buscan siempre nuevas formas de expresarse y beben en su creatividad tanto de las fuentes del consciente como del siempre desconcertante inconsciente.
No es de extrañar pues, que encontremos tanto de este film como de los autores mencionados apasionados defensores y encolerizados detractores (aunque curiosamente Buñuel, quizá por su omnipresente sentido del humor, ha conseguido que tanto críticos como espectadores de todos los gustos valoren de manera muy positiva la inmensa mayoría de su obra), provocando que entre la crítica oficial se lean comentarios que van desde “la tomadura de pelo” hasta el calificativo de “obra maestra”.
Y una vez vista la película considero, como suele suceder en estos casos, que ni tanto ni tampoco; ni nos vamos a encontrar ante una obra hermética y en absoluto incomprensible, ni creo que el director haya llegado (todavía) a la grandeza de los mejores títulos de Lynch o Carax.
David Robert Mitchell, que dirigió una de las cintas de terror más interesantes de los últimos tiempos, “It follows”, propone un viaje bizarro y desquiciado por el lado más oscuro y superficial de Hollywood, recordando a films como “Maps to the Stars” de Cronenberg o “Puro Vicio” de Thomas Anderson, con innumerables referencias pop, sobre todo a los años 80 y 90, y a las conflictivas pero siempre interesantes teorías conspiratorias. Sin embargo, a diferencia de estas dos los momentos surrealistas llegan a cotas mucho más altas, hasta el punto de no saber en todo momento cuanto hay de realidad en lo que estamos viendo y cuanto de paranoia de un protagonista con cara de perpetuo fumado, interpretado por un Andrew Garfield al que todavía me cuesta perdonarle el lamentable Peter Parker que recreó en esas dos películas de Spiderman de infausto recuerdo.
En esa delicada búsqueda de equilibrio entre narración y delirio el director acierta al crear una obra compleja pero accesible, no exenta de ácida crítica social a los tiempos vacuos en que vivimos y siguiendo ciertos códigos del cine negro; por contra, falla al dejar demasiados hechos a interpretar, con un simbolismo por momentos quizá excesivamente recargado, faltándole al producto final la coherencia que sí muestra por ejemplo un film tan redondo como “Carretera Perdida”.
Consideró que lo mejor es verla sin prejuicios, dejarse llevar por su enrevesada e interesante historia y disfrutar de su sentido del humor, sus referencias culturales y su colorida fotografía, evitando buscar demasiadas explicaciones lógicas a lo que, probablemente, carezca de toda lógica.
Antonio Amaro www.elmisantropofeliz.es
Ficha de la película:
Título original: Under the Silver Lake
Año: 2018
Duración: 140 min.
País: Estados Unidos
Dirección: David Robert Mitchell
Guion: David Robert Mitchell
Música: Rich Vreeland
Fotografía: Mike Gioulakis
Reparto: Andrew Garfield, Riley Keough, Callie Hernandez, Topher Grace, Jimmi Simpson, Riki Lindhome, Summer Bishil, Zosia Mamet, Patrick Fischler, Laura-Leigh, Grace Van Patten, Allie MacDonald, Rex Linn, Sydney Sweeney, Adam Bartley, Don McManus, John Eddins, Jules Willcox, Nea Dune, Stephanie Moore, Pepi Sonuga, Izzie Coffey, Sky Elobar, Sibongile Mlambo, Jessica Makinson
Productora: Michael De Luca Productions / Stay Gold Features / Vendian Entertainment. Distribuida por A24
Género: Intriga. Thriller. Drama | Neo-noir. Secuestros / Desapariciones
Sinopsis:
En su apartamento de urbanización prototipo de Los Angeles, Sam (Andrew Garfield) anda por la vida muerto de aburrimiento. Ningún aliciente hasta ese día en que descubre a una nueva vecina sexy, deslumbrante, inquietante, misteriosa y, de repente, desaparecida. Y aún hay mayores rarezas esperando a Sam, porque por el barrio anda suelto un asesino de perros...