Era lo que se consideraba uno de los platos fuertes de la 65 edición del Festival de San Sebastián: la visita de Arnold Schwarzenegger. Conocer en persona a Terminator, a Conan el Bárbaro, Quaid de Desafío Total, al espía que pilota un Harrier en Mentiras Arriesgadas, al ex-gobernador de California...
El personaje tiene tal relevancia que eclipsa todo lo que está cerca de él. Incluyendo el proyecto que ha venido a presentar. Porque la llegada de una figura de tal calado se convierte en una liturgia de varios actos, que arranca incluso antes de su llegada al hotel. Cientos de fans y periodistas aguardando su aparición bajo la lluvia, haciendo ambiente de puro cine. Si no fuera por momentos como esos, los festivales se convertirían en una simple sucesión de películas a proyectar.
Entonces le vemos a él, casi tan ancho como alto, la cara no tan estirada como nos habían hecho creer las malas lenguas, ropa informal y la actitud profesional que destilan las estrellas del otro lado del charco. Esto es, simpatía y paciencia para detenerse con una sonrisa ante todo aquel que lo pide, aún después de un viaje de horas. Disposición que solo se entiende si la persona en cuestión se toma su trabajo de promoción tan en serio como si fuera un rodaje. Y en esto los americanos tiene muchas tablas. Se olvida uno de que Arnold, aún en sus años mozos tenía menos registros dramáticos que el androide T1000 al que interpretaba, que además de sus clásicos de los ochenta y noventa también se metió en algunas películas de esas que no se pueden tocar ni con un palo. Y entre tanta emoción, insensatos nosotros, hasta no habíamos olvidado que venía a presentar un documental sobre el bicherío submarino, colorido y diminuto.
Llega la abarrotada rueda de prensa, y todos (españoles y extranjeros) con nuestra pregunta en la cabeza desde hace días, inmunes al reciente documental que acabábamos de ver. La cuestión política como denominador común, el aparente contrasentido de un Republicano defendiendo un documental que habla sobre el cambio climático cuando el inquilino de la Casa Blanca es el que es. Levanto la mano como un alumno aplicado delante de la moderadora, y ella me apunta en la lista de medios a intervenir. Ahora solo es cuestión de paciencia, de que me llegue el turno antes de que el gigante austríaco decida que ya tiene bastante y quiere ir a probar unas kokotxas de merluza. Tengo preparada la pregunta (Mr Sorseneguer, usted es republicano ¿cree que Donald Trump es un Terminator enviado desde el futuro para acabar con la especie humana, o un John Connor con el propósito de salvarla?), no espero una respuesta concreta, la pregunta es el objetivo en si mismo, los cinco minutos de gloria de los que hablaba Andy Warhol.
Entonces todo empieza a torcerse. Un periodista norteamericano de algún medio importante comienza a preguntar al ex gobernador de California sobre el avance de la ultraderecha en las recientes elecciones alemanas. Busca un titular político, un amago de conflicto diplomático y lo hace en un festival de cine. El entrevistado no se da por aludido, y se va por los cerros de Cimeria. El periodista se resiste a devolver el micrófono inalámbrico a la organización, e insiste. Como si el preguntar dos veces lo mismo fuera a producir diferente resultado. Ante la insistencia una estrella novel podría reaccionar de forma airada, pero un personaje que ha sido libertador del planeta Marte, que ha ganado dos elecciones a gobernador, sabe manejar a una sala de prensa con la misma soltura que Conan despachaba cabezas en el circo.
Mr Schwarzenegger entiende que todas las preguntas van a ir por ahí, y decide que la rueda de prensa como tal, se ha terminado. Pero no lo hace de una forma abrupta o con algún desplante. Comienza a conversar con los miembros del equipo que están sentados a su lado, se pregunta y se responde a si mismo. Agranda aún más su sonrisa y nos da las gracias a todos los medios de comunicación por todo lo que hemos hecho por su carrera. "Aunque también me disteis duro", comenta "pero tengo que decir que lo mejor que se podía hacer con alguna de mis películas, era tirarlas por el váter" palabra de Arnold.
Solo nuestro admirado Dani Arrébola permanecía de pie micro en mano, esperando un turno que nunca llegaría. Entonces caímos en la cuenta de que los personajes que flanqueaban a la estrella no eran unos don nadie. Barba blanca y pelo cano, rostro marcado por la intemperie de quien ha pasado media vida junto al mar y la otra media debajo de él. Jean Michel Cousteau, hijo del mito Jaques Cousteau y ahora al frente del proyecto. Un documental que muestra ciertamente, las cosas como nunca se han visto. Como bien nos comentaron los protagonistas, gracias a los actuales equipos descubrieron ellos mismos muchos detalles desconocidos hasta ese momento acerca de especies que llevaban viendo toda la vida. Una pena que para disfrutarlo en toda su justicia sea necesaria una proyección en 3D como tuvimos oportunidad de disfrutar, pero dudo que sea la norma.
La reivindicación de la vida marina y de la riqueza del tesoro a conservar se hace desde la calidad más que desde la cantidad. No abundan grandes cetáceos ni tiburones dando cuenta de algún mamífero marino. Se trata de pequeñas maravillas, delicados habitantes de los arrecifes de coral, de los manglares, o la costa mediterránea francesa mostrados con un detalle y precisión que convierten a esta obra en única. El documental no era la excusa para ver a Schwarzenegger. Wonder of the Sea era el contenido y Terminator el lustroso embajador de una causa a la que se le ve ciertamente entregado. Para preguntarle por Trump habrá que esperar a otra ocasión, porque como todos sabemos, siempre que se despide de nosotros dice: "Volveré".
Publicado por Jon Leceta.
Ficha de la película:
Título original: Wonders of the Sea 3D
Año: 2017
Duración: 82 min.
País: Reino Unido
Director: Jean-Michel Cousteau, Jean-Jacques Mantello
Guion: David Chocron, Francois Mantello, Jean-Jacques Mantello
Música: Christophe Jacquelin
Fotografía: Jean-Jacques Mantello, Gavin McKinney
Reparto: Documentary, Arnold Schwarzenegger, Jean-Michel Cousteau, Fabien Cousteau, Celine Cousteau
Productora: 3D Entertainment Films / Conquistador Entertainment / Mantello Brothers Productions
Género: Documental | 3-D. Naturaleza
Sinopsis:
Narrada y producida por Arnold Schwarzenegger, el documental recoge el trabajo de la familia Cousteau, utilizando singulares imágenes de la vida en los océanos. Se hace hincapié en la cantidad de personas en el planeta que subsisten gracias al mar y realiza una llamada urgente a conservar los ecosistemas marinos. (FILMAFFINITY)
El personaje tiene tal relevancia que eclipsa todo lo que está cerca de él. Incluyendo el proyecto que ha venido a presentar. Porque la llegada de una figura de tal calado se convierte en una liturgia de varios actos, que arranca incluso antes de su llegada al hotel. Cientos de fans y periodistas aguardando su aparición bajo la lluvia, haciendo ambiente de puro cine. Si no fuera por momentos como esos, los festivales se convertirían en una simple sucesión de películas a proyectar.
Entonces le vemos a él, casi tan ancho como alto, la cara no tan estirada como nos habían hecho creer las malas lenguas, ropa informal y la actitud profesional que destilan las estrellas del otro lado del charco. Esto es, simpatía y paciencia para detenerse con una sonrisa ante todo aquel que lo pide, aún después de un viaje de horas. Disposición que solo se entiende si la persona en cuestión se toma su trabajo de promoción tan en serio como si fuera un rodaje. Y en esto los americanos tiene muchas tablas. Se olvida uno de que Arnold, aún en sus años mozos tenía menos registros dramáticos que el androide T1000 al que interpretaba, que además de sus clásicos de los ochenta y noventa también se metió en algunas películas de esas que no se pueden tocar ni con un palo. Y entre tanta emoción, insensatos nosotros, hasta no habíamos olvidado que venía a presentar un documental sobre el bicherío submarino, colorido y diminuto.
Llega la abarrotada rueda de prensa, y todos (españoles y extranjeros) con nuestra pregunta en la cabeza desde hace días, inmunes al reciente documental que acabábamos de ver. La cuestión política como denominador común, el aparente contrasentido de un Republicano defendiendo un documental que habla sobre el cambio climático cuando el inquilino de la Casa Blanca es el que es. Levanto la mano como un alumno aplicado delante de la moderadora, y ella me apunta en la lista de medios a intervenir. Ahora solo es cuestión de paciencia, de que me llegue el turno antes de que el gigante austríaco decida que ya tiene bastante y quiere ir a probar unas kokotxas de merluza. Tengo preparada la pregunta (Mr Sorseneguer, usted es republicano ¿cree que Donald Trump es un Terminator enviado desde el futuro para acabar con la especie humana, o un John Connor con el propósito de salvarla?), no espero una respuesta concreta, la pregunta es el objetivo en si mismo, los cinco minutos de gloria de los que hablaba Andy Warhol.
Entonces todo empieza a torcerse. Un periodista norteamericano de algún medio importante comienza a preguntar al ex gobernador de California sobre el avance de la ultraderecha en las recientes elecciones alemanas. Busca un titular político, un amago de conflicto diplomático y lo hace en un festival de cine. El entrevistado no se da por aludido, y se va por los cerros de Cimeria. El periodista se resiste a devolver el micrófono inalámbrico a la organización, e insiste. Como si el preguntar dos veces lo mismo fuera a producir diferente resultado. Ante la insistencia una estrella novel podría reaccionar de forma airada, pero un personaje que ha sido libertador del planeta Marte, que ha ganado dos elecciones a gobernador, sabe manejar a una sala de prensa con la misma soltura que Conan despachaba cabezas en el circo.
Mr Schwarzenegger entiende que todas las preguntas van a ir por ahí, y decide que la rueda de prensa como tal, se ha terminado. Pero no lo hace de una forma abrupta o con algún desplante. Comienza a conversar con los miembros del equipo que están sentados a su lado, se pregunta y se responde a si mismo. Agranda aún más su sonrisa y nos da las gracias a todos los medios de comunicación por todo lo que hemos hecho por su carrera. "Aunque también me disteis duro", comenta "pero tengo que decir que lo mejor que se podía hacer con alguna de mis películas, era tirarlas por el váter" palabra de Arnold.
Solo nuestro admirado Dani Arrébola permanecía de pie micro en mano, esperando un turno que nunca llegaría. Entonces caímos en la cuenta de que los personajes que flanqueaban a la estrella no eran unos don nadie. Barba blanca y pelo cano, rostro marcado por la intemperie de quien ha pasado media vida junto al mar y la otra media debajo de él. Jean Michel Cousteau, hijo del mito Jaques Cousteau y ahora al frente del proyecto. Un documental que muestra ciertamente, las cosas como nunca se han visto. Como bien nos comentaron los protagonistas, gracias a los actuales equipos descubrieron ellos mismos muchos detalles desconocidos hasta ese momento acerca de especies que llevaban viendo toda la vida. Una pena que para disfrutarlo en toda su justicia sea necesaria una proyección en 3D como tuvimos oportunidad de disfrutar, pero dudo que sea la norma.
La reivindicación de la vida marina y de la riqueza del tesoro a conservar se hace desde la calidad más que desde la cantidad. No abundan grandes cetáceos ni tiburones dando cuenta de algún mamífero marino. Se trata de pequeñas maravillas, delicados habitantes de los arrecifes de coral, de los manglares, o la costa mediterránea francesa mostrados con un detalle y precisión que convierten a esta obra en única. El documental no era la excusa para ver a Schwarzenegger. Wonder of the Sea era el contenido y Terminator el lustroso embajador de una causa a la que se le ve ciertamente entregado. Para preguntarle por Trump habrá que esperar a otra ocasión, porque como todos sabemos, siempre que se despide de nosotros dice: "Volveré".
Publicado por Jon Leceta.
Ficha de la película:
Título original: Wonders of the Sea 3D
Año: 2017
Duración: 82 min.
País: Reino Unido
Director: Jean-Michel Cousteau, Jean-Jacques Mantello
Guion: David Chocron, Francois Mantello, Jean-Jacques Mantello
Música: Christophe Jacquelin
Fotografía: Jean-Jacques Mantello, Gavin McKinney
Reparto: Documentary, Arnold Schwarzenegger, Jean-Michel Cousteau, Fabien Cousteau, Celine Cousteau
Productora: 3D Entertainment Films / Conquistador Entertainment / Mantello Brothers Productions
Género: Documental | 3-D. Naturaleza
Sinopsis:
Narrada y producida por Arnold Schwarzenegger, el documental recoge el trabajo de la familia Cousteau, utilizando singulares imágenes de la vida en los océanos. Se hace hincapié en la cantidad de personas en el planeta que subsisten gracias al mar y realiza una llamada urgente a conservar los ecosistemas marinos. (FILMAFFINITY)