Después de haber luchado en la primera Guerra Carlista, Martín vuelve al caserío familiar en Altzo (Gipuzkoa) y allí descubre que su hermano menor es mucho más alto de lo normal. Así es Handia (Aundiya en su forma más antigua), palabra que significa "grande" en euskera y que trae a nuestros días la historia de "el hombre más alto de su tiempo", una narración que siendo real, no necesitan más que unos cuantos aderezos para convertirse en un buen guión de cine.
Si el vocablo "handia" define a la perfección lo que nos depara esta película en todos los niveles, "arriskua" (riesgo) debería ser la que define la actitud que adoptaron sus directores Jon Garaño y Aitor Arregi cuando decidieron poner en marcha este proyecto.
Es un riesgo tomar un camino tan alejado de la fórmula que te ha dado el éxito. La aclamada Loreak (2014) aún cautiva nuestras retinas, y se quedó a un paso de tocar el cielo en Hollywood, todo un hito para una cinta rodada en euskera. Es como si Peter Jackson después de rodar El Señor de los Anillos, le hubiera dado por presentar un documental. Los autores se embarcan en una historia que forma parte del acervo popular vasco. Contada por los mayores como los buenos mitos, con una buena dosis de fantasía, pero con las raíces hundidas en la realidad más cruda. Y a falta de documentación gráfica (estamos en el siglo XIX), ahí están sus descomunales guantes, sombreros y marcas talladas en la piedra para que nuestra imaginación vuele.
Los riesgos asumidos en cuanto a tamaño son muchos y variados. Se trata de un proyecto ambicioso, con muchos elementos interesasdos en hacer las cosas bien. Donde otras películas miran hacia otro lado, dan un rodeo, o nos intentan engañar con un truco de trilero, Handia afronta los retos con lo que tiene, sin acobardarse cuando tiene que pisar terrenos poco trillados en el cine nacional. Cabe destacar su formidable introducción, más que una presentación de los personajes, un auténtico viaje inciático que va a definir a fuego las relaciones, los miedos y las inseguridades de todos los protagonistas en forma de un hecho traumático.
Se trata en este caso de la Primera Guerra Carlista, en la cual la película se sumerge sin ninguna reserva. Cuando estas situaciones suelen resolverse merced a la falta de medios (financieros o creativos), con unos movimientos demenciales de cámara o con un fundido en negro, nos dejan en Handia uno de los mejores episodios de todo el film. La violencia y crudeza de la guerra de guerrillas mostrada con una solvencia e intensidad que es todo un hallazgo. Este prólogo es una película (sobresaliente) en si misma y cuando concluye como la guerra, de forma abrupta, comienza otra película también.
La que nos acerca al encuentro con el hermano anormalmente alto, la que lleva a la persona que ha descendido a los infiernos de la guerra y la necesidad, a intentar salir de la pobreza a costa de sacrificar a su hermano menor en nombre de la familia primero, en nombre de la más pura avaricia después.
Tampoco aquí, cuando la acción transcurre recorriendo los teatros y ferias más concurridos de toda Europa (incluyendo un sorprendente episodio en las Islas Británicas), la película mira para otro lado. Se esfuerza en lograr una caracterización, vestuarios y localizaciones para recrear las cortes más diversas o los escenarios más lúgubres. Es en estos momentos cuando comienza a tomar cada vez más peso el trabajo de sus excelentes protagonistas. Son situaciones por desgracia no tan lejanas, en las que cualquier euskaldun, payés, gallego... u hombre de campo en general, tenía que soportar escarnio y humillaciones por parte de otras personas, por el único hecho de hablar una lengua que la gente de la capital no era capaz de comprender.
Los escenarios, el vestuario, van dejando paso al trabajo de los actores, a la poesía, al reencuentro con las raíces y el propio ciclo de la vida, en un último acto en el que nos queda la sensación de ver una película, a la que como al gigante Joaquín, le queda un camino lleno de oportunidades por recorrer.
Publicado por Jon Leceta.
Ficha de la película:
Título original: Handia (Aundiya)
Año: 2017
Duración: 114 min.
País: España España
Director: Jon Garaño, Aitor Arregi
Guion: Jon Garaño, Aitor Arregi, Jose Mari Goenaga, Andoni de Carlos
Música: Pascal Gaigne
Fotografía: Javier Agirre
Reparto: Ramón Agirre, Eneko Sagardoy, Joseba Usabiaga, Aia Kruse, Iñigo Aranburu, Iñigo Azpitarte
Productora: Irusoin / Kowalski Films / Moriarti Produkzioak
Género: Drama | Basado en hechos reales. Siglo XIX
Sinopsis:
Tras haber luchado en la Primera Guerra Carlista, Martín vuelve a su caserío familiar en Gipuzkoa y allí descubre con sorpresa que su hermano menor, Joaquín, es mucho más alto de lo normal. Convencido de que todo el mundo querrá pagar por ver al hombre más grande sobre la Tierra, ambos hermanos se embarcan en un largo viaje por Europa en el que la ambición, el dinero y la fama cambiarán para siempre el destino de la familia. Una historia inspirada en hechos reales. (FILMAFFINITY)
Si el vocablo "handia" define a la perfección lo que nos depara esta película en todos los niveles, "arriskua" (riesgo) debería ser la que define la actitud que adoptaron sus directores Jon Garaño y Aitor Arregi cuando decidieron poner en marcha este proyecto.
Es un riesgo tomar un camino tan alejado de la fórmula que te ha dado el éxito. La aclamada Loreak (2014) aún cautiva nuestras retinas, y se quedó a un paso de tocar el cielo en Hollywood, todo un hito para una cinta rodada en euskera. Es como si Peter Jackson después de rodar El Señor de los Anillos, le hubiera dado por presentar un documental. Los autores se embarcan en una historia que forma parte del acervo popular vasco. Contada por los mayores como los buenos mitos, con una buena dosis de fantasía, pero con las raíces hundidas en la realidad más cruda. Y a falta de documentación gráfica (estamos en el siglo XIX), ahí están sus descomunales guantes, sombreros y marcas talladas en la piedra para que nuestra imaginación vuele.
Los riesgos asumidos en cuanto a tamaño son muchos y variados. Se trata de un proyecto ambicioso, con muchos elementos interesasdos en hacer las cosas bien. Donde otras películas miran hacia otro lado, dan un rodeo, o nos intentan engañar con un truco de trilero, Handia afronta los retos con lo que tiene, sin acobardarse cuando tiene que pisar terrenos poco trillados en el cine nacional. Cabe destacar su formidable introducción, más que una presentación de los personajes, un auténtico viaje inciático que va a definir a fuego las relaciones, los miedos y las inseguridades de todos los protagonistas en forma de un hecho traumático.
Se trata en este caso de la Primera Guerra Carlista, en la cual la película se sumerge sin ninguna reserva. Cuando estas situaciones suelen resolverse merced a la falta de medios (financieros o creativos), con unos movimientos demenciales de cámara o con un fundido en negro, nos dejan en Handia uno de los mejores episodios de todo el film. La violencia y crudeza de la guerra de guerrillas mostrada con una solvencia e intensidad que es todo un hallazgo. Este prólogo es una película (sobresaliente) en si misma y cuando concluye como la guerra, de forma abrupta, comienza otra película también.
La que nos acerca al encuentro con el hermano anormalmente alto, la que lleva a la persona que ha descendido a los infiernos de la guerra y la necesidad, a intentar salir de la pobreza a costa de sacrificar a su hermano menor en nombre de la familia primero, en nombre de la más pura avaricia después.
Tampoco aquí, cuando la acción transcurre recorriendo los teatros y ferias más concurridos de toda Europa (incluyendo un sorprendente episodio en las Islas Británicas), la película mira para otro lado. Se esfuerza en lograr una caracterización, vestuarios y localizaciones para recrear las cortes más diversas o los escenarios más lúgubres. Es en estos momentos cuando comienza a tomar cada vez más peso el trabajo de sus excelentes protagonistas. Son situaciones por desgracia no tan lejanas, en las que cualquier euskaldun, payés, gallego... u hombre de campo en general, tenía que soportar escarnio y humillaciones por parte de otras personas, por el único hecho de hablar una lengua que la gente de la capital no era capaz de comprender.
Los escenarios, el vestuario, van dejando paso al trabajo de los actores, a la poesía, al reencuentro con las raíces y el propio ciclo de la vida, en un último acto en el que nos queda la sensación de ver una película, a la que como al gigante Joaquín, le queda un camino lleno de oportunidades por recorrer.
Publicado por Jon Leceta.
Ficha de la película:
Título original: Handia (Aundiya)
Año: 2017
Duración: 114 min.
País: España España
Director: Jon Garaño, Aitor Arregi
Guion: Jon Garaño, Aitor Arregi, Jose Mari Goenaga, Andoni de Carlos
Música: Pascal Gaigne
Fotografía: Javier Agirre
Reparto: Ramón Agirre, Eneko Sagardoy, Joseba Usabiaga, Aia Kruse, Iñigo Aranburu, Iñigo Azpitarte
Productora: Irusoin / Kowalski Films / Moriarti Produkzioak
Género: Drama | Basado en hechos reales. Siglo XIX
Sinopsis:
Tras haber luchado en la Primera Guerra Carlista, Martín vuelve a su caserío familiar en Gipuzkoa y allí descubre con sorpresa que su hermano menor, Joaquín, es mucho más alto de lo normal. Convencido de que todo el mundo querrá pagar por ver al hombre más grande sobre la Tierra, ambos hermanos se embarcan en un largo viaje por Europa en el que la ambición, el dinero y la fama cambiarán para siempre el destino de la familia. Una historia inspirada en hechos reales. (FILMAFFINITY)