Bajo un título un tanto cursi, con el hermano anodino de la serie Divergente al frente del reparto, nos encontramos una de las propuestas más originales e interesantes del año.
No fueron su actor protagonista ni su estética teenager el reclamo para llevarme hasta la sala de cine, lo fueron en cambio las reiteradas referencias a su virtuosismo en la sala de montaje, y al argumento irresistible de una buena banda sonora, que unidos, en mi opinión conforman la ecuación perfecta cuando se apagan las luces.
Esperaba un despliegue técnico sensacional y lo encontré desde lo títulos iniciales. Lo que realmente me sorprendió fue el inesperado talento del bueno de Ansel Elgort, el reparto secundario (nada secundario), y el estilo imaginativo y seguro de sí mismo del director Edgar Wright.
La macedonia creativa que se revuelve en el interior de la cabeza de Edgar Wright quedó patente ya en la muy recomendable Zombies Party (2004), y en Baby Driver ocupa a veces por completo el grueso de la historia.
Podría ser una lástima que el envoltorio distrajese del contenido, pero hay una historia detrás y un buen puñado de actores de oficio que no permiten que la película se transforme en un videoclip... ¿o un musical? ¿o una sucesión de geniales planos secuencia? Es un ejercicio de difícil clasificación. Nos encontramos a un chico superdotado del volante con un serio problema auditivo, que solo se ve aliviado escuchando música de forma casi permanente mientras se dedica a poner a salvo a su banda de atracadores de bancos. Pero para el chico, la música no queda recluida en sus auriculares, sino que le posee por completo convirtiendo la realidad en una inmensa y compleja coreografía. Lo más llamativo del caso es que el director consigue hacernos partícipes del grado de inmersión musical del protagonista y lo hace por medio de un sentido del ritmo espectacular, pero no del ritmo narrativo, sino del ritmo musical puro y duro. Cuando Baby conecta su ipod, todo lo que sucede a su alrededor ocurre al ritmo de la música, los disparos suenan a ritmo de soul, las explosiones acompañan a la percusión con la precisión de John Bonham, siendo las secuencias de acción las que acompañan a la música, y no al revés. Es de agradecer que el catálogo de canciones esté compuesto por clásicos del soul, R&B, funky o rock, pero huyendo de los tópicos y de las soluciones más comerciales y que hemos oído mil veces.
A esto le sumamos diálogos de delicada frescura adolescente, a los jóvenes: el ya citado Ansel Elgort al que nunca hubiese imaginado tanta vis cómica ni soltura frente a la cámara, a la incipiente estrella Lily James con un aire pin up en lugar de los tiros largos del Cenicienta. Y a los veteranos: Kevin Spacey enorme que a falta de dotes rítmicas, habla en verso, y Jamie Fox con su inmenso talento intacto, pero del que nos preocupa su carrera ultimamente dispersa y errática para alguien con sus dotes.
No es un musical, pero es imposible separarla de su apabullante banda sonora. Atracos, persecuciones, violencia gratuita... que deja de ser tan gratuita cuando encuentra un sentido, en este caso vidas sacrificadas para no perder el compás.
Publicado por Paranoide.
Ficha de la película:
Título original: Baby Driver
Año: 2017
Duración: 115 min.
País: Reino Unido
Director: Edgar Wright
Guion: Edgar Wright
Música: Steven Price
Fotografía: Bill Pope
Reparto: Ansel Elgort, Lily James, Jamie Foxx, Jon Hamm, Kevin Spacey, Eiza González, Jon Bernthal, Ben VanderMey, Thurman Sewell, Allison King, Lance Palmer, Keith Hudson, Patrick R. Walker, Hudson Meek, Troy Faruk
Productora: Coproducción Reino Unido-Estados Unidos; Big Talk Productions / Media Rights Capital / TriStar Productions / Working Title Films
Género: Acción. Comedia | Crimen. Robos & Atracos
Sinopsis:
Baby (Ansel Elgort), un joven y talentoso conductor especializado en fugas, depende del ritmo de su banda sonora personal para ser el mejor en lo suyo. Cuando conoce a la chica de sus sueños (Lily James), Baby ve una oportunidad de abandonar su vida criminal y realizar una huida limpia. Pero después de ser forzado a trabajar para un jefe de una banda criminal (Kevin Spacey), deberá dar la cara cuando un golpe malogrado amenaza su vida, su amor y su libertad. (FILMAFFINITY)
No fueron su actor protagonista ni su estética teenager el reclamo para llevarme hasta la sala de cine, lo fueron en cambio las reiteradas referencias a su virtuosismo en la sala de montaje, y al argumento irresistible de una buena banda sonora, que unidos, en mi opinión conforman la ecuación perfecta cuando se apagan las luces.
Esperaba un despliegue técnico sensacional y lo encontré desde lo títulos iniciales. Lo que realmente me sorprendió fue el inesperado talento del bueno de Ansel Elgort, el reparto secundario (nada secundario), y el estilo imaginativo y seguro de sí mismo del director Edgar Wright.
La macedonia creativa que se revuelve en el interior de la cabeza de Edgar Wright quedó patente ya en la muy recomendable Zombies Party (2004), y en Baby Driver ocupa a veces por completo el grueso de la historia.
Podría ser una lástima que el envoltorio distrajese del contenido, pero hay una historia detrás y un buen puñado de actores de oficio que no permiten que la película se transforme en un videoclip... ¿o un musical? ¿o una sucesión de geniales planos secuencia? Es un ejercicio de difícil clasificación. Nos encontramos a un chico superdotado del volante con un serio problema auditivo, que solo se ve aliviado escuchando música de forma casi permanente mientras se dedica a poner a salvo a su banda de atracadores de bancos. Pero para el chico, la música no queda recluida en sus auriculares, sino que le posee por completo convirtiendo la realidad en una inmensa y compleja coreografía. Lo más llamativo del caso es que el director consigue hacernos partícipes del grado de inmersión musical del protagonista y lo hace por medio de un sentido del ritmo espectacular, pero no del ritmo narrativo, sino del ritmo musical puro y duro. Cuando Baby conecta su ipod, todo lo que sucede a su alrededor ocurre al ritmo de la música, los disparos suenan a ritmo de soul, las explosiones acompañan a la percusión con la precisión de John Bonham, siendo las secuencias de acción las que acompañan a la música, y no al revés. Es de agradecer que el catálogo de canciones esté compuesto por clásicos del soul, R&B, funky o rock, pero huyendo de los tópicos y de las soluciones más comerciales y que hemos oído mil veces.
A esto le sumamos diálogos de delicada frescura adolescente, a los jóvenes: el ya citado Ansel Elgort al que nunca hubiese imaginado tanta vis cómica ni soltura frente a la cámara, a la incipiente estrella Lily James con un aire pin up en lugar de los tiros largos del Cenicienta. Y a los veteranos: Kevin Spacey enorme que a falta de dotes rítmicas, habla en verso, y Jamie Fox con su inmenso talento intacto, pero del que nos preocupa su carrera ultimamente dispersa y errática para alguien con sus dotes.
No es un musical, pero es imposible separarla de su apabullante banda sonora. Atracos, persecuciones, violencia gratuita... que deja de ser tan gratuita cuando encuentra un sentido, en este caso vidas sacrificadas para no perder el compás.
Publicado por Paranoide.
Ficha de la película:
Título original: Baby Driver
Año: 2017
Duración: 115 min.
País: Reino Unido
Director: Edgar Wright
Guion: Edgar Wright
Música: Steven Price
Fotografía: Bill Pope
Reparto: Ansel Elgort, Lily James, Jamie Foxx, Jon Hamm, Kevin Spacey, Eiza González, Jon Bernthal, Ben VanderMey, Thurman Sewell, Allison King, Lance Palmer, Keith Hudson, Patrick R. Walker, Hudson Meek, Troy Faruk
Productora: Coproducción Reino Unido-Estados Unidos; Big Talk Productions / Media Rights Capital / TriStar Productions / Working Title Films
Género: Acción. Comedia | Crimen. Robos & Atracos
Sinopsis:
Baby (Ansel Elgort), un joven y talentoso conductor especializado en fugas, depende del ritmo de su banda sonora personal para ser el mejor en lo suyo. Cuando conoce a la chica de sus sueños (Lily James), Baby ve una oportunidad de abandonar su vida criminal y realizar una huida limpia. Pero después de ser forzado a trabajar para un jefe de una banda criminal (Kevin Spacey), deberá dar la cara cuando un golpe malogrado amenaza su vida, su amor y su libertad. (FILMAFFINITY)