Quizás sea la consecuencia natural. Que en tiempos de pensamiento inmediato, de argumentaciones exprés, de mensajes ultracomprimidos, el largometraje de 120 minutos se encuentre con espacios a los que por su tamaño, no puede llegar.
Puede que por eso el cortometraje goza de una salud envidiable. Lo mejor del caso es que ya no se trata solo de una tarjeta de presentación, un currículum enviado al universo con la esperanza de que lo recoja alguien con posibilidad de hacer un largo.
Si el cortometraje era llamado hasta hace poco "el hermano menor" del largometraje, este hermano menor ya se ha hecho adulto, ha desarrollado su propia identidad, y se ha buscado su sitio.
Sin duda las nuevas tecnologías y las plataformas digitales han permitido que el hecho de rodar, ya no sea exclusivo de unas pocas oligarquías en un par de ciudades del mundo. Y, como Gutenberg en el siglo XIV, este fenómeno de poner a disposición de muchos lo que antes era patrimonio de unas élites, revela un infinito de posibilidades nuevas.
Nacen festivales de cortometrajes en los que, a diferencia de los Festivales de Cine, uno puede ser espectador y participante al mismo tiempo. La experiencia creativa al alcance de quien esté dispuesto a poner a prueba su esfuerzo, físico e intelectual. Vehículos nuevos para una realidad nueva, para denunciar contradicciones sociales, hacer visible una injusticia, para plantear cuestiones incómodas en cinco minutos... en definitiva, para hacer pensar.
Hoy nos hacemos eco de un cortometraje en concreto, no solo porque ha recibido el premio del público en el reciente CINEOI2017 en A Coruña, sino porque lleva la firma de uno de los miembros de este equipo (¡enhorabuena Sr.Celuloide!). Se trata del corto Os Novos Feriantes (en castellano Los nuevos Feriantes), en el que con acertada mirada crítica, el director-guionista-etc... ironiza acerca de uno de las mayores contradicciones que nos toca vivir en estos días: cómo es posible una comunicación inexistente en plena era de la comunicación.
El título hacer referencia a la novela Os Outros Feriantes (Los otros Feriantes en castellano) escrita por Álvaro Cunqueiro, uno de los autores cumbre de la literatura en gallego y que fue Premio Nacional de la Crítica en 1979. Me habría gustado saber, cómo un maestro en la descripción de personajes como Álvaro Cunqueiro, habría retratado esta situación, donde a veces como víctimas, a veces como ejecutores, todos nos sentimos identificados.
Larga y próspera vida al corto, pero sin olvidar que como dicen, en la variedad está el buen gusto, no hay que dejar de visitar por lo menos una vez en la vida Cien Años de Soledad de García Márquez, o El Gran Dictador de Chaplin.
Puede que por eso el cortometraje goza de una salud envidiable. Lo mejor del caso es que ya no se trata solo de una tarjeta de presentación, un currículum enviado al universo con la esperanza de que lo recoja alguien con posibilidad de hacer un largo.
Si el cortometraje era llamado hasta hace poco "el hermano menor" del largometraje, este hermano menor ya se ha hecho adulto, ha desarrollado su propia identidad, y se ha buscado su sitio.
Sin duda las nuevas tecnologías y las plataformas digitales han permitido que el hecho de rodar, ya no sea exclusivo de unas pocas oligarquías en un par de ciudades del mundo. Y, como Gutenberg en el siglo XIV, este fenómeno de poner a disposición de muchos lo que antes era patrimonio de unas élites, revela un infinito de posibilidades nuevas.
Nacen festivales de cortometrajes en los que, a diferencia de los Festivales de Cine, uno puede ser espectador y participante al mismo tiempo. La experiencia creativa al alcance de quien esté dispuesto a poner a prueba su esfuerzo, físico e intelectual. Vehículos nuevos para una realidad nueva, para denunciar contradicciones sociales, hacer visible una injusticia, para plantear cuestiones incómodas en cinco minutos... en definitiva, para hacer pensar.
Hoy nos hacemos eco de un cortometraje en concreto, no solo porque ha recibido el premio del público en el reciente CINEOI2017 en A Coruña, sino porque lleva la firma de uno de los miembros de este equipo (¡enhorabuena Sr.Celuloide!). Se trata del corto Os Novos Feriantes (en castellano Los nuevos Feriantes), en el que con acertada mirada crítica, el director-guionista-etc... ironiza acerca de uno de las mayores contradicciones que nos toca vivir en estos días: cómo es posible una comunicación inexistente en plena era de la comunicación.
El título hacer referencia a la novela Os Outros Feriantes (Los otros Feriantes en castellano) escrita por Álvaro Cunqueiro, uno de los autores cumbre de la literatura en gallego y que fue Premio Nacional de la Crítica en 1979. Me habría gustado saber, cómo un maestro en la descripción de personajes como Álvaro Cunqueiro, habría retratado esta situación, donde a veces como víctimas, a veces como ejecutores, todos nos sentimos identificados.
Larga y próspera vida al corto, pero sin olvidar que como dicen, en la variedad está el buen gusto, no hay que dejar de visitar por lo menos una vez en la vida Cien Años de Soledad de García Márquez, o El Gran Dictador de Chaplin.