Si quieres asegurarte de que algo se haga bien, hazlo tú mismo. Eso es lo que debió pensar el aventurero noruego Thor Heyerdahl, cuando decidió montárselo él solo como buen escandinavo.
Su teoría no era otra que la de proponer que la Polinesia fue poblada por primera vez por habitantes provenientes del América del Sur, concretamente por culturas precolombinas de la zona del Perú. Cuando antropólogos de la época le aseguraban que esas culturas carecían de barcos, él respondía que tenían los conocimientos técnicos suficientes para construir buenas balsas de madera, y merced a los vientos y a las corrientes del Pacífico, alcanzar las costas Polinesias. Así que no se le ocurrió otra feliz idea que la de construir una balsa, siguiendo minuciosamente las descripciones de los primeros conquistadores españoles, y hacerse a la mar para desafiar a una travesía de 4.700 millas náuticas. ¿Lo mejor de todo? Que es una historia nacida de la imaginación de un aventurero y no de un guionista, y que no se trata de épocas pretéritas de Ulises o Nearcos, sino del año 1947. El cine solo pasaba por allí, para aportarle su toque de magia.
La producción es de las que merecen hacerlas eco. Coproducción Noruega con medios escasos pero eficaces, sus planos de la salvaje belleza del océano son realmente espectaculares, de impecable factura técnica. "La Vida de Pi" (Ang Lee, 2012) nos demostró cómo puede desatarse la más fantástica de las historias dentro de un bote con un tigre como único compañero de tripulación, así que en este caso, no nos sorprenderá que la acción, una vez abandonado el puerto de Callao (Perú), no nos resulte aburrida en absoluto.
Las constantes tensiones explotan de manera inevitable, cuando confinas a cinco hombres de diferente personalidad en una balsa de troncos atados con cuerdas. El dramatismo que aportan resulta creíble. Solo algunas concesiones al espectáculo bastante inverosímiles: cualquier ser acuático de tamaño considerable que nos encontremos en el océano se comporte como Moby Dick y tenga debilidad por embestir como un Vitorino. O la idea de que en toda la inmensidad del mar, cada vez que un hombre cae al agua, en ese mismo lugar y momento, siempre hay un tiburón de generosas proporciones al acecho.
Pero quizá estas licencias fantasiosas como buen Marco Polo, no se deban tanto a la película sino al relato del bueno de Thor Heyerdahl, quien se veía en la obligación de hacer de sus vivencias algo digno de ser vendido. No olvidemos que financió su expedición a base de préstamos, y de los escasos ahorros que pudiera tener un biólogo.
El trabajo de uno de los directores, Joachim Rønning, no debió pasar desapercibido, y su buen hacer entre cabos y velas le ha valido que le pusieran al frente de la última entrega de Piratas del Caribe: Pirates of the Caribbean: Dead Men Tell No Tales (2017).
Del personaje de Thor Heyerdahl se puede decir que encaja a la perfección con la descripción de un visionario: fe ciega, imaginación, determinación inquebrantable, dotes de liderazgo... y un punto importante de irracionalidad y egolatría. No voy a dar más detalles acerca de las dificultades del viaje ni de la suerte final de la empresa, qué caray, merece la pena averiguarlo, que hay bibliografía a montones. Valga como dato que el documental que rodó posteriormente Heyerdahl fue ganador de un Oscar, nada menos.
Y como apunte y homenaje personal, una pequeña mención al aventurero español Vital Alsar. Alter ego del noruego, quien con idénticas herramientas navegó desde las costas de Ecuador hasta la misma Australia para demostrar la viabilidad de la ruta. Y a punto estuvo de formar parte de aquella (maravillosa) locura, como miembro de la tripulación, el padre de quien les escribe.
El cine, y la propia vida, necesita como el agua personajes como Thor Heyerdahl, de quien recordamos una cita como despedida...«¿Fronteras? Nunca he visto una. Pero he oído que existen en las mentes de algunas personas».
Publicado por Paranoide.
Ficha de la Película:
Título original: Kon-Tiki
Año: 2012
Duración: 109 min.
País: Noruega
Director: Joachim Rønning, Espen Sandberg
Guión: Petter Skavlan, Allan Scott
Música: Johan Söderqvist
Fotografía: Geir Hartly Andreassen
Reparto: Pål Sverre Hagen, Anders Baasmo Christiansen, Gustaf Skarsgård, Odd Magnus Williamson, Tobias Santelmann, Jakob Oftebro, Agnes Kittelsen, Eleanor Burke, Manuel Cauchi
Productora: Coproducción Noruega-Reino Unido-Dinamarca; Recorded Picture Company (RPC) / Nordisk Film Production / DCM Productions
Género: Aventuras. Drama | Aventuras marinas. Años 40. Supervivencia. Basado en hechos reales
Web oficial
http://www.kontikifilmen.com/
Sinopsis:
En 1947, el explorador noruego Thor Heyerdahl cruzó el Pacífico en una balsa de madera para demostrar que los indígenas de Sudamérica anteriores a Colón también podían haberlo cruzado para instalarse en la Polinesia. Thor, con un equipo de cinco hombres, recorrió en 101 días 8.000 kilómetros en una travesía épica durante la cual hubo de enfrentarse a tormentas, tiburones e incluso al hambre. (FILMAFFINITY)
Su teoría no era otra que la de proponer que la Polinesia fue poblada por primera vez por habitantes provenientes del América del Sur, concretamente por culturas precolombinas de la zona del Perú. Cuando antropólogos de la época le aseguraban que esas culturas carecían de barcos, él respondía que tenían los conocimientos técnicos suficientes para construir buenas balsas de madera, y merced a los vientos y a las corrientes del Pacífico, alcanzar las costas Polinesias. Así que no se le ocurrió otra feliz idea que la de construir una balsa, siguiendo minuciosamente las descripciones de los primeros conquistadores españoles, y hacerse a la mar para desafiar a una travesía de 4.700 millas náuticas. ¿Lo mejor de todo? Que es una historia nacida de la imaginación de un aventurero y no de un guionista, y que no se trata de épocas pretéritas de Ulises o Nearcos, sino del año 1947. El cine solo pasaba por allí, para aportarle su toque de magia.
La producción es de las que merecen hacerlas eco. Coproducción Noruega con medios escasos pero eficaces, sus planos de la salvaje belleza del océano son realmente espectaculares, de impecable factura técnica. "La Vida de Pi" (Ang Lee, 2012) nos demostró cómo puede desatarse la más fantástica de las historias dentro de un bote con un tigre como único compañero de tripulación, así que en este caso, no nos sorprenderá que la acción, una vez abandonado el puerto de Callao (Perú), no nos resulte aburrida en absoluto.
Las constantes tensiones explotan de manera inevitable, cuando confinas a cinco hombres de diferente personalidad en una balsa de troncos atados con cuerdas. El dramatismo que aportan resulta creíble. Solo algunas concesiones al espectáculo bastante inverosímiles: cualquier ser acuático de tamaño considerable que nos encontremos en el océano se comporte como Moby Dick y tenga debilidad por embestir como un Vitorino. O la idea de que en toda la inmensidad del mar, cada vez que un hombre cae al agua, en ese mismo lugar y momento, siempre hay un tiburón de generosas proporciones al acecho.
Pero quizá estas licencias fantasiosas como buen Marco Polo, no se deban tanto a la película sino al relato del bueno de Thor Heyerdahl, quien se veía en la obligación de hacer de sus vivencias algo digno de ser vendido. No olvidemos que financió su expedición a base de préstamos, y de los escasos ahorros que pudiera tener un biólogo.
El trabajo de uno de los directores, Joachim Rønning, no debió pasar desapercibido, y su buen hacer entre cabos y velas le ha valido que le pusieran al frente de la última entrega de Piratas del Caribe: Pirates of the Caribbean: Dead Men Tell No Tales (2017).
Del personaje de Thor Heyerdahl se puede decir que encaja a la perfección con la descripción de un visionario: fe ciega, imaginación, determinación inquebrantable, dotes de liderazgo... y un punto importante de irracionalidad y egolatría. No voy a dar más detalles acerca de las dificultades del viaje ni de la suerte final de la empresa, qué caray, merece la pena averiguarlo, que hay bibliografía a montones. Valga como dato que el documental que rodó posteriormente Heyerdahl fue ganador de un Oscar, nada menos.
Y como apunte y homenaje personal, una pequeña mención al aventurero español Vital Alsar. Alter ego del noruego, quien con idénticas herramientas navegó desde las costas de Ecuador hasta la misma Australia para demostrar la viabilidad de la ruta. Y a punto estuvo de formar parte de aquella (maravillosa) locura, como miembro de la tripulación, el padre de quien les escribe.
El cine, y la propia vida, necesita como el agua personajes como Thor Heyerdahl, de quien recordamos una cita como despedida...«¿Fronteras? Nunca he visto una. Pero he oído que existen en las mentes de algunas personas».
Ficha de la Película:
Título original: Kon-Tiki
Año: 2012
Duración: 109 min.
País: Noruega
Director: Joachim Rønning, Espen Sandberg
Guión: Petter Skavlan, Allan Scott
Música: Johan Söderqvist
Fotografía: Geir Hartly Andreassen
Reparto: Pål Sverre Hagen, Anders Baasmo Christiansen, Gustaf Skarsgård, Odd Magnus Williamson, Tobias Santelmann, Jakob Oftebro, Agnes Kittelsen, Eleanor Burke, Manuel Cauchi
Productora: Coproducción Noruega-Reino Unido-Dinamarca; Recorded Picture Company (RPC) / Nordisk Film Production / DCM Productions
Género: Aventuras. Drama | Aventuras marinas. Años 40. Supervivencia. Basado en hechos reales
Web oficial
http://www.kontikifilmen.com/
Sinopsis:
En 1947, el explorador noruego Thor Heyerdahl cruzó el Pacífico en una balsa de madera para demostrar que los indígenas de Sudamérica anteriores a Colón también podían haberlo cruzado para instalarse en la Polinesia. Thor, con un equipo de cinco hombres, recorrió en 101 días 8.000 kilómetros en una travesía épica durante la cual hubo de enfrentarse a tormentas, tiburones e incluso al hambre. (FILMAFFINITY)