Podemos definir a Roy Andersson como el sueco tranquilo, y esa misma tranquilidad, casi hieratismo, se traslada a sus películas, especialmente a su trilogía existencialista compuesta por los filmes "Songs from the second floor" (2000), "You, the living" (2007) y "A pigeon sat on a branch reflecting on existence" (2014)
Y la mejor manera de explicar su cine es viendo sus películas, estáticas, con apenas movimientos de cámara. Con Roy Andersson un técnico podría dejar la cámara grabando e irse a tomar un bocadillo, mientras los actores practican sus coreografías en un decorado delimitado. Al espectador le queda el goce de contemplar cómo transcurren las acciones en cada plano. Sí, he escrito bien, las acciones, porque en prácticamente todas las escenas ocurren cosas simultaneas a distinta distancia del espectador y debemos poner atención en todos los detalles del plano, nada es al azar.
Todo aparece colocado en base a un "suequismo" muy propio de su director. Los acontecimientos siguen un tipo de orden "ikea". Los personajes se encuentran encajonados social y humanamente, viviendo cómica o trágicamente sus anodinas vidas.
Respecto a su contenido, nos encontramos con una pléyade de situaciones, rocambolescas u ordinarias, cómicas o trágicas, que se suceden sin ruido, sin cosas que explotan, la vida es silencio y caras pálidas, extremadamente pálidas.
Es un cine de difícil digestión para el público más comercial, el típico cine que gusta a críticos y expertos sesudos, pero que recomiendo para aquellos que quieran visualizar algo calmado y de forma pausada. Los sorbitos de ingenio que nos ofrece Andersson, no son del gusto de todos, y tampoco calman la necesidad de alimentarse que tiene el director, por eso, en su día a día, se dedica a hacer anuncios comerciales, más de 400, para sus conciudadanos suecos y otras especies. Sugiero hacer una búsqueda en YouTube (Roy Andersson comercials) para hacerse una breve idea de lo que encontrará en sus largos aquí comentados.
Director a seguir. Con Roy Andersson, no hay que hacerse el sueco.
Tráiler de la película A pigeon sat on a branch reflecting on existence:
Y la mejor manera de explicar su cine es viendo sus películas, estáticas, con apenas movimientos de cámara. Con Roy Andersson un técnico podría dejar la cámara grabando e irse a tomar un bocadillo, mientras los actores practican sus coreografías en un decorado delimitado. Al espectador le queda el goce de contemplar cómo transcurren las acciones en cada plano. Sí, he escrito bien, las acciones, porque en prácticamente todas las escenas ocurren cosas simultaneas a distinta distancia del espectador y debemos poner atención en todos los detalles del plano, nada es al azar.
Todo aparece colocado en base a un "suequismo" muy propio de su director. Los acontecimientos siguen un tipo de orden "ikea". Los personajes se encuentran encajonados social y humanamente, viviendo cómica o trágicamente sus anodinas vidas.
Respecto a su contenido, nos encontramos con una pléyade de situaciones, rocambolescas u ordinarias, cómicas o trágicas, que se suceden sin ruido, sin cosas que explotan, la vida es silencio y caras pálidas, extremadamente pálidas.
Es un cine de difícil digestión para el público más comercial, el típico cine que gusta a críticos y expertos sesudos, pero que recomiendo para aquellos que quieran visualizar algo calmado y de forma pausada. Los sorbitos de ingenio que nos ofrece Andersson, no son del gusto de todos, y tampoco calman la necesidad de alimentarse que tiene el director, por eso, en su día a día, se dedica a hacer anuncios comerciales, más de 400, para sus conciudadanos suecos y otras especies. Sugiero hacer una búsqueda en YouTube (Roy Andersson comercials) para hacerse una breve idea de lo que encontrará en sus largos aquí comentados.
Director a seguir. Con Roy Andersson, no hay que hacerse el sueco.
Tráiler de la película A pigeon sat on a branch reflecting on existence: