Cristopher Lee: mil caras, mil vidas y una impresionante voz.

                                                                                Cristopher Lee
Una de esas pocas ocasiones en las que la actualidad nos impone un alto. Como cinéfilos debemos pues, tomar un respiro y detenernos ante la figura (1,96 ni más ni menos), de este Caballero del Imperio Británico que nos ha dejado a los 93 años.


Actor con más de 250 películas a sus espaldas, su vida fue tan plena como su filmografía. Proveniente de una de las familias más antiguas del país, fue espía para los británicos durante la Segunda Guerra Mundial, donde mantuvo un papel muy activo en misiones que aún hoy siguen clasificadas. Conoció personalmente a J.R.R. Tolkien, y participó en la música hasta sus últimos años colaborando con bandas como Manowar, o con su propia banda de metal. Esto en su vida fuera de las cámaras. Delante de ellas llevaba más de medio siglo poniendo rostro, y voz, a los más grandes iconos del cine de terror. Nunca optó al Oscar, pero pocos actores serán tan recordados por tantas interpretaciones. Encasillado, dirán muchos. Encasillado sí, en papeles míticos. Su carrera tuvo mil rostros, pero ninguno de ellos acabó devorando al hombre detrás del personaje. Tenemos casos muy cerca, como nuestro "Chanquete" patrio, en los que ni un oscar pudo separar a un personaje del actor. Pero Cristopher Lee arrastraba su poderosa presencia y la disfrazaba de nuevo, el mismo rostro, la misma voz, diferente villano. No veíamos a Drácula en el rostro de Fu Manchú, ni a Saruman en el conde Dooku. Simplemente veíamos al actor imprescindible detrás de todos ellos. Vamos a recordar algunos de sus memorables personajes, sin olvidar que sin él, no hubiera sido posible la irrepetible Hammer.

La Maldición De Frankenstein (Terence Fisher, 1957) Comienza aquí una fructífera colaboración entre el actor y el director que nos dejó clásicos como este.


Por supuesto, el imprescindible Drácula (1958).



O La Momia (1959),en la que es para muchos, la mejor interpretación de Lee. Sí, llevaba vendas, por eso lo más fácil al actuar así sería hacer el ridículo.


Otra joya del dúo Lee-Fisher fue El Perro de los Baskerville (1959)
Fuera de la Hammer, y aún en su primera época dorada no podemos olvidar sus películas de Fu Manchu, o el villano en 007 El Hombre de las Pistolas de Oro. O la muy recomendable revisión por parte de nuestro Jess Franco El Conde Drácula (1970).


Y tras una larga época allá por los 80, en los que las producciones de ese tipo habían caído en el olvido (aunque él nunca estuvo inactivo), llegó de nuevo el resurgir, a una edad en que la inmensa mayoría de los mortales estaríamos pensando en un cómodo retiro, él cogió las maletas y se dirigió hasta Nueva Zelanda para incorporarse al rodaje de la trilogía de Peter Jackson  El Señor de los Anillos. De esta manera regresó de lleno a la primera línea del cine, y cumplió un sueño personal, ya que era en verdad un estudioso de la obra de Tolkien, y el único miembro de todo el rodaje que conoció en vida al célebre profesor de Oxford.
Y como no podía faltar, interpretó también a un villano en otra de las grandes series  del cine moderno. Al dar vida al conde Dooku en Star Wars, hizo otra de las cosas que le faltaban y por la que tantos otros suspiran: empuñar un sablel láser.
Un último consejo, si no sois aficionados a las películas en versión original, en este caso de verdad merece la pena redescubrir su filmografía en inglés, ya que disfrutaremos de su perfecta dicción y de su impresionante voz. Hasta siempre Mr. Lee, que la Fuerza te acompañe, Namarië...

Publicado por Jon Leceta.