Primeras Impresiones "Vengadores: La Era de Ultrón"

Cartel promocional
Ya está en nuestros cines la película de Marvel más importante del año, Vengadores: La Era de Ultrón (Joss Whedon), y con permiso de Star Wars: Episodio VII (J.J. Abrahms), el mayor estreno del género Ciencia-Ficción. Tenemos las primeras impresiones del largometraje, intentaré ser lo menos concreto posible para nos desvelar demasiados SPOILERS (información reveladora), pero como será imposible no crear una impresión previa, si queréis ver la cinta con unos ojos completamente imparciales e inocentes, mejor no leáis las líneas a continación...



Ante todo decir que la película me pareció un poco más sombría de lo que debería porque asistí a una proyección en 3D y, ¿por qué tienen que oscurecer tanto la pantalla las dichosas gafas?

Una película del tamaño de Vengadores solo puede compararse con su predecesora. Reconozco que tenía mis dudas acerca de esta secuela, y por varias razones: la primera por la endémica costumbre de Hollywood de enrevesar y complicar hasta el absurdo las películas por entregas dando por hecho que más grande y más complejo es sinónimo siempre de una historia mejor, aún en los casos en los que precisamente la sinceridad y el estilo directo hicieron grandes a sus primeras partes.

La segunda, en cuanto al argumento, porque se me hacía difícil de creer que un equipo de superhombres/mujeres que consiguió rechazar una invasión llevada a cabo por un ejército alienígena comandado por el hijo adoptivo de Odín, fuera puesto en jaque por un único enemigo, que además no tiene nada de sobrenatural, sino que se trataba solo un robot. Pero no es en ninguno de estos dos puntos donde puede fallar la película. Si nos esperamos pesados y artificiales dilemas morales que tan a menudo ralentizan hasta el aburrimiento las segundas partes de las películas de superhéroes, en este caso no van a llegar. Las secuencias de acción siguen siendo (marca de la casa), de unas dimensiones en duración y tamaño, que no admiten rival hoy por hoy en el cine. Ni siquiera Peter Jackson entiende de manera tan espectacular el significado de la palabra "masivo". Es cierto que el los 45 minutos finales de su predecesora habían acabado antes de empezar, con la capacidad de sorprendernos para esta segunda entrega, pero el nivel de estas secuencias sigue siendo más que notable y guarda un buen puñado de momentos memorables protagonizados en su mayoría, otra vez, por Hulk. Por el camino se nos quedan unas cuantas subtramas que no aportan al argumento otra cosa que un momento para tomar aliento, pero que podían haberse resuelto de un modo más ligero (SPOILERS a partir de aquí): capítulo manipulación mental de cada uno de los Vengadores donde vemos cada uno de sus miedos.Y se pierde la oportunidad de profundizar mucho más en otras líneas más interesantes: el propio nacimiento de Ultrón, una creación de Stark que va tomando conciencia de su propio poder y pronto se considera superior a su creador, como un renovado mito de Frankenstein que podía darnos pie a un villano más complejo y creíble.

Las relaciones entre el equipo siguen resultando simpáticas, aunque ya conozcamos la mayoría de las situaciones y  la aparición de Nick Furia como revulsivo que da un empujón al grupo empiece a ser ya cansina de tanto repetirse en todas las producciones de Marvel. Eso sí, el fondo de armario de la casa de Stan Lee, es inagotable tanto en villanos como en héroes, y cada nueva aparición (en esta entrega hay unas cuantas) derrocha carácter e imaginación a partes iguales. El fin de fiesta está a la altura. No supera a la primera, pero no desmerece, sigue siendo una traca final en toda regla  y si el villano no tiene el punto cómico que despertaba cierta compasión de Locki en la primera entrega, en cambio tiene un origen y un destino al más puro estilo tragedia griega que consigue que al final empaticemos con ese villano trozo de metal.

Por último, y aunque a estas alturas sea ya del todo innecesario, recordar que en las películas de Marvel no conviene levantarse de la butaca hasta que hayan terminado los títulos de crédito...

Lo Mejor: La frescura y entusiasmo que aún conserva un grupo que va acumulando ya muchas horas de vuelo. Sus antológicas secuencias de acción.

Lo Peor: La sensación, cada vez más acusada, de que las películas de Marvel empiezan a ser una fiesta privada a la que hay que acudir con invitación. O como mínimo con un buen álbum de cromos.