Blade Runner City |
Si nos preguntaran qué cosas perduran en nuestra memoria después de ver una gran película, ¿qué responderíamos?
Seguramente, la banda sonora cuando ésta es redonda, alguna escena de acción espectacular, cuando muere un personaje de esos que no te lo esperas... y no sé porqué extraña razón, quedan en nuestra biblioteca particular aquellas frases o discursos que, con la precisión de un relojero y la inspiración de las musas encuentran las palabras adecuadas en el instante oportuno. Vamos a dedicarles un muy subjetivo repaso a algunos de estos momentazos:
La Princesa Prometida (Rob Reiner, 1987) No sé qué tiene esta película que, sin haber logrado en su momento un gran reconocimiento ni éxito, sin ser siquiera considerada un clásico del género, todo el que la ha visto guarda de ella un buen recuerdo y es de la que soporta bien una revisión. Hay que reconocer que una banda sonora como la que compuso Mark Knopfler ayuda a convertir una película en atemporal, sobre todo si al final se marca una colaboración memorable con Willy De Ville, pero por encima de todo, nos seguimos emocionando y nos sale la vena hidalga cuando escuchamos eso de: " Me llamo Iñigo Montoya, tú mataste a mi padre !Prepárate a morir!"
Braveheart (Mel Gibson, 1995) Hoy, que las producciones épicas gracias a los efectos digitales se cuentan por docenas, nos parece de lo más cotidiano que en un momento dado de la historia, el prota se marque un discusro montado en un caballo que encienda los ánimos del personal y les incite a lanzarse sobre las hordas enemigas como en un sábado en rebajas del ikea. Pero esta fue quizá la última superproducción medieval en donde se cocía todo sin ayuda de ordenadores ni CGI, quieres una gran batalla, pon muuuchoss hombres, quieres una carga de caballería, pues ya puedes traer todos los caballos de tu parroquia y de las vecinas. Por eso, y por el ejército de imitadores que vinieron detrás: "Puede que nos quiten la vida, pero jamás nos quitarán...!la libertad!"
La Chaqueta Metálica (Stanley Kubrick, 1987) Cuando uno intenta hacer una revisión de películas de cualquier tipo, siempre acaba apareciendo una de Kubrick. No reproduciré aquí el tropel de improperios que suelta por su boca el sargento interpretado por R. Lee Ermey, pero la primera hora de la películas pondría las pilas a un pelotón de ni-nis.
Matrix Reloaded (Wachowski bro, 2003) La segunda parte de esta ya mítica trilogía nos trajo algunos momentos memorables fuera de lo puramente visual, como el encuentro de Neo y El Arquitecto...vale reconozco que tuve que darle a rebobinar un par de veces el discurso para sacarle toda la chicha y no perderle el hilo.
Blade Runner (Ridley Scott, 1982) No importa cuántas películas hayamos estado revisando, si cinco o cincuenta, el resultado es siempre el mismo. Cualquier rankin que haga un servidor sobre hitos verbales cinematográficos será una mera excusa, un trámite para llegar a un resultado inevitable... el monólogo del replicante último interpretado por Rutger Hauer (a la postre será para él como Chanquete fue para Ferrandis), es dentro de una película que no envejece, el momento más inolvidable, la joya dentro de la joya ¿y sabíais que, en una de las innumerables repeticiones de las escenas que acostumbraba a rodar Ridley Scott, el bueno de Rutger se arrancó por bulerías e improvisó la parte final del monólogo (aquello de "todos estos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia...)? Lo dicho, genio y figura